Para llegar a un riego eficiente primero hay que saber que esta acción es mucho más que aplicar una cantidad determinada de agua en algunas hectáreas de campo. Antes de seleccionar el equipo de riego mecanizado e instalarlo, se necesitan analizar ciertas variables en pos de obtener mejores resultados.
En primer lugar, es fundamental tener conciencia de que ningún suelo es igual, y en muchos casos, ni siquiera de una hectárea con respecto a otras. Es por eso que decimos que una obra de riego es un traje a medida para cada superficie. Más allá de la calidad del equipo, lo importante es dónde y cómo lo hacemos trabajar.
La tecnología hoy nos permite hacer un mapa de productividad mediante imágenes satelitales, que compara y promedia el estado actual del mismo suelo con años anteriores. De nada sirve contar con tecnología si no disponemos de recursos que sepan utilizarla de manera inteligente para diseñar la mejor alternativa de un nuevo emprendimiento, o bien, adaptar el ya existente.
¿Tiene agua nuestro campo? ¿Qué calidad tiene? ¿Cuánto cuesta sacarla? ¿Qué quiero cultivar? ¿Cómo se comporta el agua en el suelo? ¿En qué tiempo penetra ¿Cuánto almacena? ¿Cómo es históricamente el clima en la zona? La respuesta a estas preguntas son la base para crear un proyecto de riego eficiente, con costos acordes, para que el beneficio sea el mayor posible.
Una vez que obtengamos toda la información sobre el suelo en cuestión, se asesorará para elegir el equipo de riego más acorde. De acuerdo a lo que ya sabemos, tras un análisis exhaustivo, se elegirán los insumos tales como cables, tubos, accesorios, bombas, arrancadores, además de los lugares estratégicos donde se hará la obra. Una vez terminado este proceso y conforme al diseño, el cliente elegirá sus proveedores y la tecnología que mejor se adapta a su propio manejo y establecimiento.
De esta manera, acompañamos al productor para que aprecie que el proyecto no es solo para aumentar rindes, sino que es un arma fundamental para reducir costos o aumentar márgenes. También se trata de buscar el equilibrio entre las nuevas tecnologías y la naturaleza; especialmente en riego, donde el alma y lo principal es el agua, el suelo, el clima, el manejo agronómico y no los insumos como primera instancia.
En Intellriego nos parece importante destacar el concepto de innovación como parte de la estrategia para cambiar mentalidades y satisfacer las necesidades actuales del mercado. Consideramos que innovar no es estrictamente hacer un cambio radical desde el comienzo, es incorporar procesos con tecnologías novedosas y adaptadas a las necesidades del productor, trabajando en forma conjunta.