No tener el control y el conocimiento de cómo se comporta el agua de riego en nuestro suelo, puede generar importantes pérdidas de rendimiento de los cultivos y, además, esto también afecta negativamente al medio ambiente.
Aquí es importante hablar de lixiviación de los minerales por el excedente de agua, que tiene una relación directa con la degradación de los suelos.
La lixiviación de la agricultura, entendida como el desplazamiento de iones en solución por debajo de la zona de raíces de cultivo y su movimiento hacia los cuerpos de agua, constituye uno de los aspectos de especial atención en el ámbito mundial por su reconocido impacto de contaminación.
El concepto de lixiviación se emplea en la ecología para aludir al deslizamiento de agentes contaminantes y desechos hacia los mares y los ríos. El agua se encarga de arrastrar estas sustancias que pueden causar importantes daños al medio ambiente. Además de la lixiviación, la pérdida de nutrientes, salinización de suelos, deterioro de napas y pérdida de materia orgánica, entre otras problemáticas, son perjudiciales para el medio ambiente.
Más allá de los problemas ecológicos que conlleva el no controlado del agua, el productor pierde la calidad de su suelo. Se necesitan distintas soluciones para lograr el objetivo de que la raíz tome con comodidad, sin excesos, lo justo y necesario, para que no haya percolaciones y el agua termine en las napas arrastrando nutrientes.
A veces la falta de exactitud y detalle de conocimiento de la relación agua suelo, puede suceder que se riegue en exceso y esto genera pérdidas económicas por mala administración de recursos. Si se tienen en cuenta todos estos factores y se hacen acciones inteligentes y estratégicas, no solo se le hace un bien al medio ambiente, sino que también el productor verá mejores resultados en su campo.
